Un estudio realizado en Hungría revela la importancia de ajustar individualmente la dosis de betahistina en los pacientes con enfermedad de Ménière, y destaca la utilidad de los diarios de vértigo para el ajuste del tratamiento.
La entidad fisiopatológica de la enfermedad es el hidrops endolinfático, aunque parece haber causas multifactoriales para la EM pudiendo ser de origen anatómico y genético alérgico, infección viral, entre otras. La etiología exacta rara vez se puede determinar en un paciente individual.
La migraña es el diagnóstico diferencial más común y debe verificarse y excluirse en todos los pacientes con EM.
Es difícil estimar las cifras reales de EM. La literatura informa sobre una prevalencia de alrededor de 3.5 a 513/100 000, dependiendo de la ubicación geográfica.
Aunque el trastorno no es explícitamente frecuente, la importancia del tema radica en la influencia de los síntomas en la calidad de vida de los pacientes.
El objetivo principal del tratamiento conservador es mantener a los pacientes en las etapas más bajas posibles de la enfermedad y minimizar o eliminar la tasa de crisis.
Mantener un control sintomático constante
El siguiente estudio de investigación fue realizado por el Departamento de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello de la Facultad de Medicina de la Universidad Semmelweis, Budapest, Hungría. El objetivo del estudio fue examinar la efectividad de la betahistina y el piracetam en la reducción de los ataques de vértigo en la enfermedad de Ménière, y evaluar cómo se puede mantener un control sintomático constante.
Datos sobre el estudio
En el estudio participaron 105 pacientes con enfermedad de Ménière, 31 hombres y 74 mujeres, con una edad media de 57.4 años. Se realizó un análisis retrospectivo incluido un período de 12 años.
Además del análisis de los registros del hospital, también se tuvieron en cuenta los datos subjetivos de los pacientes y los diarios de vértigo completados (Figura 1).
Diarios de vértigo
Los diarios de vértigo son útiles en el análisis de los síntomas subjetivos de los pacientes ya que podemos asegurarnos de que las características de las crisis cumplan con los requisitos de los criterios y, al usar los diarios, el monitoreo de la efectividad del tratamiento farmacológico también es más fácil. También son útiles para decidir si son necesarios cambios en el tratamiento que implican procedimientos más invasivos, como la dexametasona intratimpánica o la gentamicina.
Figura 1. Diario de vértigo
Completar y manejar continuamente los diarios de vértigo es una vía cognitiva conductual terapéutica puesto que beneficia al paciente porque siente que puede tener un grado de control de su propia enfermedad.
Grados de la enfermedad
Los pacientes se dividieron en 3 grados según la tasa de crisis y las diversas afecciones en el período libre de ataques:
Grado I: crisis rara
Grado II: crisis graves y frecuentes
Grado III: pérdida auditiva constante severa, problemas de equilibrio incapacitante y crisis severas
La distribución de los pacientes entre los 3 grupos fue la siguiente:
54 pacientes en grado I
44 pacientes en II
7 pacientes en III
Resultados
La dosis de betahistina se configuró para cada paciente individualmente, en función de los síntomas detectados desde el control médico anterior, utilizando datos de la anamnesis y los diarios de vértigo.
Según los resultados, la betahistina logró una disminución estadísticamente significativa en la frecuencia de mareos (p:0.000331) y vértigo (p<0.00001) y en la duración de los mismos (p: 0.000098). También fue efectivo el tratamiento coadyuvante con piracetam, importante para los grados avanzados.
Finalmente, se puede concluir que la betahistina es efectiva en la enfermedad de Ménière, pero la dosis diaria debe establecerse para cada paciente individualmente. La ventaja de la terapia dual con piracetam como tratamiento adyuvante también fue confirmada.
Bibliografía
Molnár A et al. Conservative Treatment Possibilities of Ménière Disease, Involving Vertigo Diaries.Ear Nose Throat J. 2019 Oct 16.