La anemia es una de las causas más prevalentes de hospitalización de los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal y debe constituir un aspecto importante en el tratamiento, ya que es una causa frecuente de reducción significativa en la calidad de vida de los pacientes.

Las enfermedades inflamatorias del intestino (EII) como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn son un grupo de enfermedades que se caracterizan por un curso crónico e impredecible. Su etiopatogenia es multifactorial y la incidencia de estas patologías aumenta constantemente, siendo diagnosticadas cada vez más en una edad temprana.

Las enfermedades inflamatorias del intestino, el compromiso más allá del tracto gastrointestinal

A menudo se manifiestan no solo por síntomas del tracto gastrointestinal sino también por complicaciones que involucran otros sistemas y órganos, lo que puede tener un impacto significativo en el curso y pronóstico de la enfermedad.

Las exacerbaciones, las hospitalizaciones, y en ciertas ocasiones cirugías llevan a los pacientes a un deterioro de su calidad de vida y limitaciones incluido el ámbito laboral.

Anemia asociada a enfermedad inflamatoria intestinal

La anemia es la complicación metabólica más común de la enfermedad inflamatoria intestinal y se ha asociado con un deterioro en la calidad de vida y la función cognitiva. Aunque la clasificación del tipo de anemias en estos pacientes incluye la anemia por deficiencia de hierro, anemia por enfermedad crónica o anemia asociada a la deficiencia de ácido fólico/B12, muchas veces no puede detectarse exactamente el origen debido a diferentes complicaciones que presentan y la patogenia suele ser multifactorial.

La prevalencia de anemia oscila entre el 9 % y el 73 % en pacientes ambulatorios y la prevalencia de la deficiencia de hierro en la anemia asociada a la EII se estima en alrededor del 36-90 %.

Datos similares de diferentes estudios informan un predominio femenino en el riesgo de desarrollar anemia asociada a la EII. Un estudio mostró que los grupos de mayor riesgo de desarrollar anemias eran aquellos de edades comprendidas entre 18 y 25 años y mayores de 65 años.

Además de la actividad de la enfermedad y el uso de corticosteroides o inmunomoduladores, los niveles elevados de proteína C reactiva (PCR) son un factor independiente que se sabe que aumenta la prevalencia de anemia en estos pacientes.

La deficiencia de hierro en la EII

La deficiencia de hierro en la EII es causada por una ingesta inadecuada, malabsorción (incluida la extirpación quirúrgica) y la pérdida crónica de sangre por ulceraciones de la mucosa. Por lo tanto, se debe hacer cumplir una dieta adecuada. Algunas pautas al respecto son las siguientes:

  • Comer carne y pescado, hervidos o asados.
  • Si bien los vegetales verdes tienen buen contenido en hierro poseen muchos compuestos que inhiben la absorción de hierro.
  • Las legumbres contienen cantidades relativamente altas de hierro, aunque son difíciles de digerir y pueden ser mal toleradas en pacientes con EII.
  • Reducir la ingesta de té y café porque algunos de los compuestos presentes en ellos inhiben la absorción de hierro.
  • Comer productos vegetales ricos en hierro con alimentos que contengan vitamina C, por ejemplo, espinacas o jugo de limón, lo que aumentará la absorción de hierro.

La anemia asociada a la EII debe buscarse y ser tratada

La anemia asociada a la EII, en particular la anemia por deficiencia de hierro se asocia con una disminución significativa de la calidad de vida y con síntomas clínicos como fatiga crónica, dolores de cabeza y mareos, tolerancia reducida al ejercicio, piel pálida, y desmayo. Sin embargo, a pesar de estos numerosos síntomas adversos, la anemia por deficiencia de hierro sigue sin tratarse.

Las guías europeas establecen que los pacientes deben ser monitoreados para detectar anemia. Se debe implementar un tratamiento adecuado, ya sea oral o intravenoso, teniendo en cuenta los valores de proteína C reactiva (PCR), los niveles de hemoglobina y la respuesta terapéutica.

En conclusión, el problema de la EII se ha convertido en un importante desafío mundial para la salud pública y todos los casos de anemia en pacientes con dicha enfermedad deben ser tratados. Existe la necesidad de aumentar la concientización y la implementación de las guías internacionales sobre la suplementación con hierro en este tipo de pacientes.

Bibliografía

Dagmara Mahadea, Adamczewska E et al. Iron Deficiency Anemia in Inflammatory Bowel Diseases—A Narrative Review. Nutrients 2021, 13, 4008. https://doi.org/10.3390/nu13114008

 

 

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