La hidroxicloroquina es beneficiosa para retrasar la progresión de la artritis reumatoidea, mejora los efectos del metotrexato y se asocia con la mitigación de afecciones cardiovasculares y renales relacionadas.
La artritis reumatoidea (AR) es la enfermedad inflamatoria autoinmune más prevalente en la actualidad. Su origen es multifacético, con genética (HLA-DRB1), condiciones ambientales, así como hormonas desempeñando un papel importante.
Aunque la AR afecta principalmente a las articulaciones, se sabe que afecta con frecuencia a las estructuras extraarticulares, por lo que surge la necesidad de manejar también todas las afecciones asociadas.
La AR se trata convencionalmente con un grupo de fármacos conocidos como fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARDs), que incluyen metotrexato (MXT), sulfasalazina (SSZ) e hidroxicloroquina (HCQ).
Hidroxicloroquina, un hallazgo significativo
La HCQ, un análogo de la cloroquina, se comercializó inicialmente como un fármaco antipalúdico utilizado para tratar la malaria, sin embargo, más tarde se identificó como un DMARD en su función de modulador del sistema inmunológico y desde entonces se ha utilizado para tratar enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico y la AR.
La HCQ tiene varios efectos inmunomoduladores, que incluyen la inhibición de la fagocitosis y la quimiotaxis, la señalización del receptor toll-like, la señalización del calcio en los linfocitos, la producción de citocinas mediada por macrófagos y las metaloproteinasas de la matriz. Se ha descubierto que no solo ayuda en el tratamiento de la AR, sino que también tiene el potencial de ayudar a mitigar las afecciones extraarticulares asociadas.
Revisión sistemática de hidroxicloroquina en artritis reumatoidea
La HCQ se ha estudiado por sus efectos inmunomoduladores, así como por su papel en el tratamiento de condiciones adversas asociadas con la AR.
Una revisión sistemática examinó el uso de la terapia con HCQ en pacientes con AR, así como con enfermedad renal crónica y enfermedad cardiovascular asociadas.
Se consideró que 38 artículos eran relevantes, aprobaron la evaluación de calidad y se incluyeron en esta revisión.
Conclusiones
- La AR es una enfermedad de múltiples frentes y, para evaluar de manera integral el uso de HCQ en su tratamiento, era importante que todos los aspectos discutidos se integraran juntos para que los médicos puedan tomar decisiones informadas.
- Los estudios sugieren el uso de HCQ solo o en combinación con otros DMARDs para disminuir la progresión inicial de la enfermedad, teniendo en cuenta que un tratamiento fuerte en la etapa inicial de la AR es una “ventana de oportunidad” crítica para controlar la enfermedad.
- Aunque existen datos contradictorios, este artículo encontró evidencia sólida que sugirió una incidencia 36% menor de enfermedad renal crónica en pacientes con AR que toman HCQ.
- La retinopatía es un efecto adverso grave que afecta a algunos pacientes que toman HCQ, por lo cual es importante ser consciente de ello para prevenirla.
- La enfermedad cardiovascular (ECV) es una de las complicaciones más comunes y la principal causa de muerte en pacientes con AR. Al comparar las opciones de tratamiento, quedó claro que la HCQ proporcionó una protección significativamente mayor contra las ECV, en un grado mucho mayor que cualquier otro DMARDs.
En síntesis, la terapia con HCQ no solo es beneficiosa para retrasar la progresión de la enfermedad en pacientes con AR, sino que también mejora los efectos del metotrexato, así como los datos la asocian con la mitigación de las afecciones cardiovasculares y renales relacionadas con la AR.
Bibliografía
Nazir A M, Koganti B, Gupta K, et al. (November 06, 2021) Evaluating the Use of Hydroxychloroquine in Treating Patients With Rheumatoid. Arthritis. Cureus 13(11): e19308. https://www.cureus.com/articles/73787-evaluating-the-use-of-hydroxychloroquine-in-treating-patients-with-rheumatoid-arthritis