La urticaria aguda y la anafilaxia son condiciones que pueden solaparse y deben ser diferenciadas por presentar diferentes maneras de ser controladas, lo que impactará en el pronóstico.
La urticaria aguda es una condición frecuente, con una tasa de prevalencia de por vida de hasta el 20%, que se presenta con ronchas y/o angioedema. Sin embargo, estos síntomas también son frecuentes en la anafilaxia, una reacción potencialmente mortal que debe ser diagnosticada y tratada de inmediato.
Por lo tanto, es importante diferenciarlas ya que, si bien la urticaria se limita a piel y mucosas y puede afectar la calidad de vida de las personas, la anafilaxia es una reacción potencialmente mortal que requiere diagnóstico y tratamiento inmediatos.
Los mastocitos, un papel central en la fisiopatología
Ambas condiciones, la urticaria y la anafilaxia, frecuentemente, aunque no siempre, están relacionadas con la activación de los mastocitos por múltiples factores desencadenantes. Es probable que la activación de los mastocitos ocurra a través de múltiples vías además de la IgE, ya que los mastocitos triptasa y quimasa positivos también pueden activarse mediante mecanismos independientes de IgE.
Causas y desencadenantes en urticaria aguda
Las causas o desencadenantes comunes de la urticaria aguda incluyen infecciones (virus, bacterias y parásitos), alimentos y medicamentos y, con menos frecuencia, látex, veneno de himenópteros, vacunas, estímulos físicos.
En el 50% de los casos no es posible identificar una causa específica para la urticaria aguda, por lo quese denomina idiopática. La infección respiratoria, principalmente de etiología viral, es el factor desencadenante más relacionado con la urticaria aguda en todos los grupos de edad.
En la edad pediátrica, el virus del herpes fue el principal agente responsable de los brotes agudos y recurrentes de urticaria y, en adultos, los virus de la hepatitis (A, B y C).
La anafilaxia severa puede presentarse sin urticaria, como en algunos casos de anafilaxia fatal
Causas y desencadenantes de la anafilaxia
Hasta en un 35% de los casos de anafilaxia es posible que no se identifique un desencadenante específico caracterizando un cuadro idiopático. A nivel mundial, los alimentos, el veneno de insectos y los fármacos son los desencadenantes más frecuentes.
La comida es el desencadenante más común de reacciones anafilácticas graves en los niños, mientras que los medicamentos y el veneno de los insectos son desencadenantes comunes en los adultos. En general, los medicamentos son la principal causa de anafilaxia fatal en todas las edades.
La importancia de los cofactores
Algunos cofactores externos juegan un papel importante en el desarrollo de reacciones alérgicas, incluida la anafilaxia. Estos pueden ser el ejercicio físico, fármacos, infecciones agudas, alcohol y menstruación. Estas condiciones asociadas pueden provocar reacciones alérgicas a dosis más bajas o pueden ser más graves o potencialmente mortales.
Sin embargo, el mecanismo de acción de dichos cofactores aún no se ha identificado por completo, pero entre los posibles mecanismos propuestos se encuentran la mayor biodisponibilidad del alergeno por el aumento de la permeabilidad intestinal y absorción, la disminución del umbral de activación a nivel celular y la hiperosmolalidad plasmática transitoria.
Urticaria y anafilaxia, terapéuticas diferentes
La urticaria aguda y la anafilaxia se tratan de manera diferente, al menos con respecto a la terapia de primera línea.
Los antihistamínicos H1 son la terapia preferida en la urticaria aguda. Si bien en las guías actuales no hay recomendaciones sobre uno de ellos, algunos estudios en pacientes con urticaria crónica sugieren que la cetirizina y la levocetirizina pueden ser ligeramente más efectivas que otros agentes.
La adrenalina es el primer fármaco que se administra durante una reacción anafiláctica, pero su uso en la urticaria aguda debe limitarse a pacientes con angioedema laríngeo de moderado a grave.
Finalmente, evitar el desencadenante responsable de la reacción, si se conoce o pudo detectarse, es la mejor manera de prevenir nuevos episodios de anafilaxia o urticaria aguda.
La desensibilización a fármacos y alimentos puede ser una opción en pacientes seleccionados, así como la inmunoterapia.
En conclusión, las reacciones que cursan con urticaria y/o angioedema deben evaluarse cuidadosamente para distinguir entre urticaria aguda o anafilaxia, ya que la investigación diagnóstica, el tratamiento y las medidas preventivas son diferentes y pueden impactar directamente en la sobrevida y calidad de vida del paciente.
Bibliografía
Ensina LF et al. (2022). Acute Urticaria and Anaphylaxis: Differences and Similarities in Clinical Management. Front. Allergy 3:840999
https://doi.org/10.3389/falgy.2022.840999