Con un número creciente de casos con síntomas audiovestibulares durante la pandemia COVID-19 sin antecedentes previos, es importante incrementar los test diagnósticos para SARS-CoV-2 para establecer si existe un vínculo, así como definir las estrategias terapéuticas.
Simultáneamente con el brote mundial de la enfermedad por coronavirus de 2019 (COVID-19), se ha informado un número superior de nuevos casos con trastornos del olfato y del gusto en Asia y Europa, lo que genera la posibilidad de un efecto neuropático directo del síndrome respiratorio agudo severo-coronavirus-2 (SARS-CoV-2) como probable mecanismo subyacente.
La disfunción olfativa y el vértigo posvírico
La disfunción olfativa posvírica es una enfermedad bien conocida causada por varias familias de virus, incluidos los betacoronoviridae. Al igual que los efectos de los virus sobre las vías neurales del sentido del olfato, el vértigo posvírico o la hipoacusia son secuelas conocidas de virus que pueden causar neuritis vestibular o laberintitis. Por ejemplo, el ADN del virus herpes simple se ha encontrado en las fibras nerviosas vestibulares en pacientes con vértigo secundario a neuritis vestibular. No se sabe si el SARS-CoV-2 puede invadir las vías neuronales involucradas en el equilibrio y la audición, pero las observaciones iniciales implican la posibilidad.
Efectos neuropáticos y Covid-19
Recientemente se han informado manifestaciones neurológicas que abarcan el sistema nervioso central, el sistema nervioso periférico y los músculos esqueléticos en pacientes hospitalizados con COVID-19. La mayoría de las manifestaciones neurológicas ocurrieron al principio de la enfermedad y los síntomas neurológicos fueron los únicos síntomas de presentación en algunos pacientes sin otros síntomas típicos de COVID-19.
El espectro de síndromes neurológicos, que se sabe que son causados por COVID-19, abarca:
Encefalitis
Meningitis
Desmielinización
Síndrome de Guillain-Barré
Por lo tanto, el neurotropismo del SARS-CoV-2 puede hacer posible inferir un amplio espectro de efectos neuropáticos, que potencialmente incluyen efectos sobre las redes neuronales que gobiernan la audición y el equilibrio.
Audición, equilibrio y COVID-19
Un estudio reciente en pacientes asintomáticos con COVID-19 confirmado reveló un aumento de los umbrales de tonos puros de alta frecuencia, mientras que las emisiones otoacústicas evocadas transitorias se redujeron significativamente, todo en ausencia de síntomas otológicos. Si bien los coronavirus tienen propiedades neurotrópicas y neuroinvasivas, después de una búsqueda en la literatura inglesa, no encontraron casos que sugieran afectación del oído interno o del nervio vestibulococlear durante el brote de SARS-CoV o síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS).
Además del efecto citopático directo del virus, la respuesta inflamatoria, la tormenta de citocinas y los eventos cerebrovasculares, especialmente en la circulación posterior, y los fármacos ototóxicos que se utilizan ampliamente durante la pandemia como agentes terapéuticos, también puede contribuir a trastornos de la audición o del equilibrio asociados con COVID-19.
Incremento reciente de casos de vértigo o hipoacusia neurosensorial
Los autores relatan un aumento de la frecuencia de pacientes sin problemas otológicos o neurológicos previos que presentaban vértigo verdadero o hipoacusia neurosensorial. Si bien inicialmente ninguno de estos casos se evaluó para COVID-19 debido a la escasez de las pruebas de detección y la prioridad dada a los pacientes con síntomas típicos o forma grave de COVID-19, algunos tenían familiares con antecedentes recientes de COVID-19.
Posteriormente se pudo realizar un ensayo de reacción en cadena de polimerasa (PCR) para confirmar COVID-19 en varios pacientes con pérdida de audición de inicio agudo y / o vértigo. Dado que estos pacientes jóvenes (rango de edad de 22 a 40 años) no tenían antecedentes médicos relevantes y no habían recibido ningún fármaco ototóxico antes de su presentación, es muy probable que estos síntomas otológicos estén directamente relacionados o causados por COVID-19, ya que la audiometría de tonos puros reveló un mecanismo neurosensorial para la hipoacusia unilateral.
Temas importantes para abordar
Es importante poder incrementar las pruebas de detección por PCR para establecer un vínculo, especialmente en casos de pérdida auditiva aislada o trastorno del equilibrio. En ausencia de la disponibilidad de la prueba de PCR, y si los problemas de audición o equilibrio no están asociados con síntomas respiratorios, es discutible si se deben considerar imágenes como la tomografía computarizada de tórax, aunque con un número creciente de casos “clínicamente silenciosos” de afectación pulmonar con SARS-CoV-2 positivo, este enfoque puede ser clínicamente justificable.
Por último, además de las implicancias sobre la necesidad de aislamiento del paciente, existen dilemas terapéuticos inmediatos que incluyen el uso de esteroides locales o sistémicos y si se deben considerar los antivirales empíricos.
Bibliografía
Mahboobeh Karimi-Galougahi et al. Vertigo and hearing loss during the COVID-19 pandemic – is there an association? Acta Otorhinolaryngol Ital . 2020 Jun 10. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32519994/